Sin la euforia desbocada de partidos anteriores, los costarricenses ondearon banderas, sonaron las bocinas de sus carros y se congregaron en plazas para celebrar que sus "guerreros" terminaron invictos en Brasil-2014, y solo quedaron eliminados en lanzamientos de penal por la potencia Holanda.
"¿Triste yo? ¡Jamás!", exclamó Josette Venegas, de 19 años, con la bandera de Costa Rica pintada en sus mejillas. "Lo que siento es un orgullo inmenso por esta Sele", como los ticos llaman a su equipo nacional.
La joven llegó junto a sus amigos a la Fuente de la Hispanidad, en el este de la capital, punto tradicional de concentraciones capitalinas, para sumarse a las conmemoraciones por haber alcanzado cuartos de final por primera vez en la historia del país centroamericano.
"Tenemos al mejor portero del Mundial, demostramos que no somos menos que nadie porque ni Holanda nos pudo ganar, ni siquiera Italia ni Inglaterra", exclamó eufórico Juan Diego Fallas, un administrador de empresas de 30 años.
A su alrededor, la gente danzaba, saltaba y corría con banderas para conmemorar la participación del equipo nacional en el Mundial.
Las conmemoraciones inundaron las redes sociales, e incluso el presidente Luis Guillermo Solís participó del festejo virtual.
"¡Invictos! Un país orgulloso de la Sele y el mundo entero reconoce esta hazaña", escribió Solís en su cuenta de Twitter, en la que reprodujo un mensaje de felicitación de su colega salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén.
"Acabó la fantasía pero la leyenda de esta Selección Nacional vivirá por siempre", publicó el diario La Nación en su página de internet, en el que llamó a la población a ir el martes al aeropuerto a recibir al equipo nacional.
Por su parte, el diario deportivo Al Día publicó que "la Sele terminó invicta su participación en el Mundial de Brasil, el más importante de su historia".
El sitio de noticias de internet Crhoy.com destacó en un titular "¡Puro corazón y orgullo! Costa Rica se despide del Mundial invicto y con la frente en alto".
La nota triste de la jornada la dio un hecho de violencia en la céntrica Plaza de la Democracia, donde millares de personas vieron el partido en una pantalla gigante, cuando tres hombres resultaron heridos en una pelea con cuchillos.
En los días previos al partido, jugadores, autoridades y personalidades lanzaron una campaña contra la violencia, ante un repunte en las denuncias de agresiones domésticas cuando jugaba la selección.
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