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sábado, 14 de junio de 2014

Barrio de Lapa, en Río de Janeiro, se vistió de celeste y blanco

El barrio de Lapa fue anoche el punto de encuentro de una mayoría de la gran cantidad de argentinos que llegaron a Río de Janeiro, para presenciar mañana el debut de la selección en el Mundial Brasil 2014, ante Bosnia, por el Grupo F. 
Este barrio se encuentra en el centro de la ciudad, es considerado la cuna de la bohemia y tiene la particularidad de que la noche se plantea en la calle, donde sobra el alcohol, que se vende en puestos ambulantes; la música, especialmente el samba; y la fiesta. 
Lapa tiene calles angostas, antiguas, poco luminosas y una fisonomía que lo hace muy parecido al barrio porteño de San Telmo. 
En la noche del viernes, las veinte cuadras que comprende el barrio estuvieron repletas de gente de todas las nacionalidades pero con mayoría de locales y argentinos que están a la espera del debut de la selección de Lionel Messi. 
La puerta del restaurante Nova Capela, uno de los más tradicionales, en avenida Mem de Sa, fue uno de los lugares predilectos para la juntada de los hinchas argentinos. 
Allí, durante más de dos horas, se escuchó fuerte todo el repertorio de las canciones de cancha alentando a la selección, que hasta incluyeron remeras al viento y un bombo. 
Al principio, el "vamos, vamos argentina, vamos, vamos a ganar" fue el grito de guerra sagrado, pero también se escuchó el "olé, olé, olé Diego, Diego", o el también famoso "Que vamos a salir campeones otra vez, como en el 86". 
Entrada la noche y con `los muchachos` con bastante alcohol encima, las canciones empezaron a ponerse picantes. "El que no salta es un inglés" o su variante con los chilenos o el "Maradona es más grande que Pelé". 
En un momento, la escena era surrealista, en Brasil los argentinos animando la noche ante la mirada de los demás hinchas y especialmente los locales. 
"Les copamos la parada a los brasileños en su país, esto es una fiesta, ¡nunca viví una cosa así! No la pueden creer, nos miran asombrados. Vamos Argentina", expresó Gonzalo Rami, veterinario marplatense, que vive en Tandil y llegó a Río el jueves. 
Pero todo tuvo un límite y ese fue el hartazgo de los brasileños, que se agruparon y empezaron a entonar sus canciones cara a cara con los argentinos y el ambiente pasó de festivo a violento. 
Ese fue el momento de la acción policial. Cerca de 30 efectivos de la policía municipal, incluida la montada, debieron actuar para evitar un desmadre total. 
 La noche terminó de día, a las ocho de la mañana, y la policía empezó a desalojar a la gente para que trabajen los barrenderos y así dejar el barrio limpio para la noche del sábado, donde se espera otra reunión. 

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